El sábado me quise matar, fue un rato muy complicado entre las 10 de la noche y las 3 de la mañana; pensé en todas las opciones que tenía para hacerlo, era muy complicado porque mis papás estaban en la casa, en la habitación de al lado y se podrían despertar e interrumpir mis acciones.
Pensé en una navaja que tenía en una caja que deje en el cuarto de mi hermano, la que juré no volver a usar para lesionarme, pero que conservo y me resisto a tirar; esta muy desafilada y como no sé como cortar y la sangre me marea probablemente no iba a funcionar; mis papás se despertarían y no podría explicarles que estaba haciendo.
Pensé en lo chistoso que sería ahogarme en el tanque, ir sintiendo como el aire escapa de mis pulmones y esa sensación que viene en mis pesadillas y me recuerda las ocasiones en las que sin intensión casi me ahogo. Me paso por la mente que la sensación no sería tan mala como el seguir viviendo, el problema era que en lo que abría la puerta hacia el patio y me metía en el tanque se darían cuenta por el ruido y me sacarían, mi perro empezaría a ladrar pidiendo que estuviera con él, o se subiría al tanque para esar conmigo. Mi papá me daría de golpes con el cinturón hasta descargar toda su rabia… y no me dejarían continuar.
Me dio miedo pensar en cómo sería que todos esos pensamientos que me ahogan varias veces al día se arremolinarían por un rato y luego por fin llegaría la paz definitiva. No más decisiones que tomar, no más miedo a que algún hombre me violente, no más tener que quedarme callada, no más ver como la vida de las personas es destrozada y son violentadas sin que yo pudiera hacer algo. Un minuto más, me dije viendo el reloj, si esperas otro minuto van a estar más dormidos y no escucharan cuando lo hagas.
Alrededor de las 3 pude salir de estos pensamientos y me solté a llorar con mucho miedo porque sabía que iban a regresar. Pensé en marcarte pero ¿Qué te iba a decir? Quise hablarle a otra amiga, ella se duerme tarde pensé, tal vez podría contestarme, pero no, no estaba. Y al caso, si me contestaban ¿Qué iba a decir? Creo que esta sensación de desesperación, ahogo de tener una varilla atravesando de oreja a oreja e impidiéndome hablar si la he sentido antes, pero no puedo hablar de eso ahora. La siento cada vez que me quiero matar, en el momento en que me doy cuenta de lo que estoy haciendo y necesito que alguien me frene, pero no puedo decir nada al respecto.
Y se que me voy a volver a sentir así, y sé que me voy a querer matar y me espanta que me lleguen estos pensamientos en el momento en que sí haya condiciones y que esta vez no haya nadie que me frene a tiempo. Todas las veces que planteo irme a vivir sola pienso en estos momentos y en que no puedo; necesito que alguien este para detenerme porque no sé si sería capaz. Una noche mi roomie que me cohercionó para obedecerlo y tener relaciones sexuales fue por estas emociones.
Llegué a la casa dispuesta a morir, con el plan y los instrumentos los tenía en mi cuarto, pero él estaba en la sala (nunca supe si sabía que pasaba dentro de mi cabeza) me detuvo y obligo a pasar tiempo con él. A lo largo de la noche me fue orillando a hacer cosas que no quería hacer, y en realidad no me importaron mis límites, porque yo lo que quería era deshacerme de él para poder morir… y me terminó obligando a masturbarlo, y me encerró en su habitación, los dos desnudos, y termine abrazada a él sintiéndome asqueada y decepcionada de no morir, pues podría haber evitado esta humillación.
No sé que me espanta más, si mis pensamientos y determinación a la hora de intentar morirme o lo vulnerable que soy cuando estoy en esos periodos. En realidad no sé si sería capaz, cada vez que ya tengo el plan y lo pongo en marcha alguien llega y lo evita. Me gusta creer que no sería capaz pero no me quiero arriesgara a que sí.